Un local muy acogedor en el mismo recinto que el famoso Trasiego. Además, en la propia Trastienda puedes adquirir botellas de vino y otros productos del terreno.
No sé si la oferta de platos es la misma en ambos restaurantes. En nuestro caso, fuimos a cenar y nos ofrecieron una carta con una gran variedad de platos, además de algunso platos fuera de carta.
Escogimos tres entrantes individuales (croqueta de hongos, empanadilla de puerros con queso del Vero y salmorejo de tomate rosa con queso del Vero y sardina ahumada) y tres platos para compartir (salpicón de vieira y langostino con helado de pepino; arroz meloso con setas de temporada; y burrata con tomate y rúcula -fuera de carta-).
Acabamos tan llenos que ni siquiera pedimos postre, pero todos los platos nos encantaron. Es difícil elegir un preferido pero nos fascinaron el salpicón, el arroz meloso y la empanadilla. El plato más normalito, en mi opinión, fue la croqueta.
La próxima vez que volvamos (porque volveremos seguro :P) tenemos pendiete probar los tartares. Se ve que están muy demandados porque había de tres tipos y ¡no quedaba ni uno!
La cena, bañada en una botella de vino del Somontano, nos costó alrededor de 80 €. No es un lugar para ir a comer todos los días, pero por la calidad de la comida y lo a gusto que estuvimos, vale la pena la inversión.